Las brazadas ya no llegan,
me abandona el aire, mis pulmones
el sueño se desvanece
mientras la orilla desaparece...
Las boyas no me guían,
el mar me envuelve y mece
no creo en nada y siento que el viento ríe,
mientras el frío juega y me entumece.
Siento rabia, ya no importa,
la impotencia se acelera y crece,
la batalla se enternece y se cuece,
la fuerza muere silente,
el vacío aparece...
Al placer de la corriente y la marea,
se rompe un hilo en la pelea.
Y así un vuelo por el agua,
fría dama, de fría mirada,
se hipnotiza así la mente
el placer se desvanece
y la muerte se aparece,
en la orilla junto a los peces.
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